lunes, 22 de febrero de 2010
Hechos temibles 4...
"Tenemos que salvar al pueblo de este peligro"
Pensaba el vaquero mientras en la mano portaba su revolver lleno y sin seguro, mientras tanto el ladrón revisaba su botín en su escondite secreto, mientras era visto por los dos vaqueros en el anonimato de las sombras.
La vaquera era hábil por su habilidad con la soga y para escabullirse en espacios pequeños mientras espiaba los planes de los delincuentes para después tener pruebas para su compañero.
Él tenía un tino impresionante, su habilidad con el revolver era única por lo que nunca fallaba un tiro.
Al menos nunca hasta hoy...
El delincuente contaba el dinero frente a un espejo y comenzaba a pensar lo que haría con el mismo, seguramente algo rufian como es propio de los malechores.
Entonces el vaquero apuntó lentamente, el calor se hacía presente, comenzó a sudar como un cerdo, sabía que cualquier error haría que fuesen descubiertos y pondría en peligro su propia vida y la de su compañera. Ella le susurró al oído -No falles- y él apuntó con detenimiento, revisó con su pulgar derecho si su revolver tenía el seguro fuera y jaló el gatillo.
El estruendo fue tremendo, tiró a los dos vaqueros a un metro de distancia de la potencia con que la bala salió. Había acertado en su disparo, nuevamente salvaron el día.
Al día siguiente el periódico diría:
"Madre muerta a mano de sus propios hijos de seis y siete años mientras jugaban a los vaqueros, la terrible escena fue encontrada por el padre cuando regresó del trabajo: los niños lloraban caída la noche con sus disfraces ensangrentados."
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