martes, 5 de octubre de 2010

un mundo sin voces.

Me da miedo pensar que un buen día despertaré completamente solo. Que las sillas estarán vacías, las camas destendidas, las teteras hirviendo hasta que consuman toda su agua, los cafés enfriándose, los periódicos sumidos en una calma agonizante, esperando ser leídos al igual que libros que se seguirán llenando de polvo tras los aparadores sin nadie que los vea.
Que el metro de la ciudad se olvide y se quede ciego en el subsuelo quizá dando vueltas por la eternidad y que en mi silencio escuche el palpitar de mi corazón, ignorado hasta ese momento y que él, entonces se vuelva mi mejor amigo.
Haré como que nada pasa, caminaré y también iré de compras, me faltaran unas monedas para pagar el último artículo y entonces, apenado lo devolveré a su estante con la cara roja de pena.
Imperarán recuerdos de rostros que recordaré borrosos, fuera de foco y tomaré fotografías a estatuas, viviré con estatuas para no estar solo, hasta que un buen día despertaré con ese mismo silencio y entonces inmóvil me daré cuenta que soy una estatua también.

IKE

2 comentarios:

  1. puede que en realidad eso que se llama soledad no sea tan genial, pero agradezco su atención y le aseguro que me invita a seguir en esta labor darme cuenta que por ahí, en algún sitio, un alguien que no es nadie aquí pero es él/ella frente a su espejo, se ha tomado cinco minutos para leer(me).
    Un abrazo.

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