Somos muerte, luz y sombra
testigos mudos de esa
nuestra propia vida.
Sabemos morir pero en la vida,
no sabemos vivir,
somos esclavos y víctimas
de un glande que
a punto de explotar nos olvida
y piensa en el mañana
sin pensar en nosotros.
Recostada sobre tu existencia vana
embisto como toro al abismo
y me convierto en un pedazo de abismo.
Soy un asesino de momentos,
un asesino serial.
Me olvido de ti, de mí
y ahí en el rincón cálido
de tus sombras secretas
solo está mi explosión y tu muerte.
Y después de la explosión
somos muertos, dos muertos
tras una tragedia que solo deja
soledad, lamentos y olvido.
Nos acordamos de cómo estar muertos
y muertos nos morimos de frío y de sed.
Y deslumbrados por la luz del impacto
somos sombras, muerte y olvido.
DPMCH
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